Cuando se descubrieron los cadmios a principios del s. XIX la industria se quedó sorprendida ante la intensidad, brillantez, luminosidad y rendimiento de los amarillos, rojos y naranjas que se obtenían. Cuando hacia la mitad de ese siglo, se comercializaron, fue una auténtica revolución para los artistas, y la mayor parte de los pintores los adoptaron instantáneamente a su gama cromática. Desde el impresionismo hasta hoy, para muchos ha sido y es indispensable el amarillo de cadmio: Monet, Matisse, Cezanne, Bacon, Dalí… Y es que hasta el momento, pese a las investigaciones para encontrar otros pigmentos que igualen su potencia, los colores de cadmio están en el top de los atributos del color.
Amarillo cadmio limón núm. 11

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